jueves, 1 de enero de 2009

un punto tras de otro

27 líneas interrumpieron por primera vez la lectura
Ahora vienen nuevas, que construyen frente a la destrucción intrínseca al hombre
un nuevo mundo de historias que aparecen cuando menos se esperan
del silencio de un alma enamorada, o del dolor de una separación,
del dialogo aquello que nunca responde y que insistimos en llamarlo vida
recuperando el valor de una lagrima
o incluso analizando alquímicamente lo insustancial: La felicidad

Muchos han sido los esfuerzos de dar con aquella materia comparada al oricalco
buscando en la insondable soledad del infinito
nadando en la profundidad del mar y sufriendo el dolor de su lejanía

La sabiduría recae en unos pocos maestros
y en un mundo imaginario y de sueños que se confunden con la realidad
donde no sobran palabras pues todas fueron escupidas
en una estación, en una vida
donde la muerte no puede continuar
pero sí “la otra muerte” llamada rutina

Dejando atado cada momento y cada recuerdo
que pugnan por salir de nuestra boca, adornados y bien vestiditos
pero algunos quedan en el centro de nuestra propio inexpugnable espíritu
y otros se muestran al mundo en constante cambio (sin saber hacia cuando)

Las vidas se entrelazan, tarde o temprano
y tratan de construir una frase que las resuma
sin darse cuenta que a veces uno mismo debe tomar las riendas
dando lugar a esos primeros borradores
que viajaran buscando sonrisas de niños
y un poema con el que enaltecer brindis y fiestas.

Y con este ya son 54 puntos que muestran de todo pero nunca llegan a nada
Salvo a ti, querido lector, amigo de párrafos suspensivos.
Emilio

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