domingo, 6 de febrero de 2011

Los antihéroes II

Con un grito de batalla llegó Haijó a la bodega. Demasiado tarde. La gran sonrisa de satisfacción de Cal-hamar con esa estúpida pose sobre la espada anunciaba el fin de la pugna y lo mucho que había disfrutado en su ausencia.

Parecía que el destino se burlaba de él. ¿Acaso no había pagado ya bastante con el episodio de las botas?¿Acaso no había sido ya golpeado, quemado, aguijoneado, apaleado y demás en la catastrófica aventura en la que se había embarcado? ¿Acaso no era ya suficiente castigo el abrir los ojos día tras día y verificar tristemente que el más tonto e inútil de los elfos solo había muerto en sus sueños?¿Acaso no….?

De repente el hilo de sus pensamientos se vio interrumpido por un golpe. Estaba seguro que tras la puerta de la bodega se ocultaba algo o alguien. Sonrió. Iba a enseñar a todos por qué los enanos eran temidos en el combate hasta que…

“Alto Haijó. Ashram debería comprobar si hay trampas antes de precipitarnos a entrar. No nos podemos permitir más errores y menos seguir malgastando plantas de resucitación por redecillas y estupideces entre algunos miembros del grupo”. La que había hablado era Ceylan y, aunque tenía razón, dejar esa responsabilidad en manos de ese supuesto experto ladrón, daba más miedo que enfrentarse sin ayuda al más temido de los dragones...(Continuará...)
Emaleth

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