jueves, 31 de julio de 2008

El desafío

Observó con detenimiento todo cuanto a su vista se ofrecía. El suelo formaba sinuosas ondas brillantes bajo la inexpugnable mirada de un sol carente de piedad. No había sitio donde escapar de sus rayos, no había esperanza para nadie que se adentrase en su territorio.

Alzó la mirada protegiéndose los ojos con las manos y pudo apreciar la inmensidad del terreno que lo rodeaba. Solo numerosas dunas rompían el equilibrio del paisaje, semejantes a pequeñas montañas de crema, dulce para la visión, reconfortantes para el ojo del viajero inexperto; pero él sabía que era una trampa mortal. La Bruja de las Dunas sabía ocultarse en su territorio pero mejores eran sus técnicas de castigo para aquellos que desafiasen su autoridad. Lo sabía muy bien.

Desde que tenía uso de razón recordaba las innumerables pruebas que había de superar. El capricho de la Bruja dictaba el día tras día para los que debían de padecer bajo el mandato de su tiranía y su naturaleza rebelde no ayudaba a escapar de todas sin castigo.

Mientras reflexionaba cuál debía de ser su siguiente paso, unas voces susurraban desde la lejanía una especie de canto que le era familiar pero que no conseguía entender. Intentó prestar atención pero para entonces las voces habían callado. Era un aviso.

Debía estar alerta, en cualquier momento podría suceder lo que tanto temía. Sabía que hacía poco había podido escapar indemne de aquella espesa selva a la que había expuesto su vida hacía tan poco tiempo. El factor suerte fue clave pero no podía confiar siempre en él.

De su espalda descolgó el tridente que siempre le acompañaba en todos los viajes para adentrarse en las profundidades arenosas del desierto.

La tensión de sus músculos empezaba a ser dolorosa pero no podía bajar la guardia en ningún momento. A medida que avanzaba sintió como el suelo empezaba a moverse bajo sus pies y fue entonces cuando supo que esta vez no había escapatoria…

Levantó la vista y allí estaba: la Br….su madre le estaba recriminando por tercera o cuarta vez que dejara de jugar con la comida y acabase de una vez con el puré de patatas; ya había tenido bastante con el plato de verduras de ayer….

Y, una vez más, nuestro intrépido héroe se vio obligado a crear una estrategia que le permitiese escapar del dominio y crueles leyes de la Bruja….
Por los buenos momentos que me dieron Calvin&Hobbes
Vanesa

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