lunes, 21 de marzo de 2011

El pan de cada día

Poco ha tardado en salir la palabra cristiano en contraposición a la de moro. Es comprensible cuestionar si el ataque o intervención militar, escoja cada uno las palabras que le parezcan, emprendido por algunos miembros de la organización internacional, comprende solo la intención de salvaguardar la vida de los civiles. La sombra del escaso petróleo pesa demasiado para obviarlo pero, someter esta situación a cuestión de fe es inaceptable e inconcebible.

La historia avanza, pero no progresa a mejor como argumentaba Marx a pesar de ese proceso de lucha de contrarios. La tecnología es la única que ha sufrido esa transformación, aunque también sea cuestionable si es a mejor, mientras que el hombre sigue anclado en un pasado donde la religión era la causa, indistintamente, de cualquier enfrentamiento o iniciativa. En la actualidad no es la causa primera pero siempre acaba surgiendo en boca de alguien.

El hombre vuelve al ayer para buscar una afrenta del pasado que justifique la postura del presente. No aprendemos de la historia, no buceamos en ella para evitar cometer los errores de antaño, sino que es un arma bibliográfica afectada de diversas interpretaciones que actualiza enfrentamientos que solo deberían quedar ahí: en el pasado.

Se dice que “El infierno está lleno de buenas intenciones”. Salvar vidas es una buena intención pero el desarrollo de una intervención militar junto a demagogias y razonamientos justificativos de distinta índole, sobre todo en boca de personas que parecen saber de todo, presagian consecuencias inciertas y no carentes de peligro…
Emaleth

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