viernes, 23 de diciembre de 2011

La fecha

Los días pasaban y la fecha se aproximaba en un horizonte ya no tan lejano. Todavía se preguntaba que le impulsó a pronunciar unas palabras que lo encadenaban a un presente del que nunca se había sentido parte. Se mintió a sí mismo y a los demás, haciéndose y haciéndoles crrer que le satisfacía su forma de vida, que no era egoísta y que se conformaba con todos los logros que había conseguido al cabo de los años. Siempre pidiendo consejos, siempre escuchando lo que los otros tenían que decir desde el exterior y él, mientras, siempre intentando hacer suyas esas palabras en su pequeño islote interior.

En un principio, se dijo que estaba asustado por el nuevo proyecto que en unos meses estaba a punto de iniciar, que todo se iría asentando con el tiempo y que ella le ayudaría con el proceso de adaptación. Nada de eso pasó. El miedo se transformó en auténticos ataques de pánico; el amor en muecas de desagrado y enfado; el futuro en una tierra desolada donde se iba consumiendo por el pesar, el fracaso y los sueños frustrados.

¿Conseguiría pararlo? No lo sabía porque, en el fondo, seguía siendo ese chiquillo asustado que se ilusionaba por los principios para más tarde abandonarlos por falta de interés. Era cobarde, sí, y comprendía que, una vez más, su vida se había convertido en una linealidad que le aburría y hastiaba. Anhelaba un cambio, una nueva motivación que le dejara volar con libertad, que le permitiera dejar atrás todos esos lasgtres que le estaban anclando a un territorio hostil.

Sí, quedaba poco tiempo, desconocía lo que quería para su futuro pero repudiaba su presente y, mientras en su interior pugnaban mente y corazón en busca de una luz, los días pasaban y la fecha se aproximaba...

Emaleth

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