lunes, 8 de junio de 2009

Siempre quedarán las miradas

Las letras que componen esta carta no tratan de desvelarte ningún secreto o falta que no me atreva a contarte en persona. Bueno,…en realidad sí es algo que te he ocultado de algún modo pero que mi mirada te ha delatado en cada momento que pasamos juntos. Y, si no he podido hacerlo antes es porque temo no encontrar las palabras que realmente expresen las distintas sensaciones que se agolpan en mí con sólo tenerte cerca o con mirarme o cada vez que nuestras manos se unen…son tantas cosas que soy incapaz de enumerarlas o darlas un orden coherente.

Tu ausencia me obliga a rememorar el pasado. No, no es lo que piensas. Siento tu presencia siempre conmigo, es esa fuerza que me ayuda a superar cada adversidad, cada tristeza, cada barrera del día a día. Pero, en ese transcurrir diario persistentemente hay una melodía, un olor, un lugar que hace surgir en mi mente un instante concreto, unas palabras, unas miradas, unas risas…que, según el momento, hacen que una sonrisa aparezca en mi cara o sienta una nostalgia difícil de describir pero que sólo ansía el próximo encuentro entre los dos.

Con la noche llega la melancolía de una jornada que anhela la siguiente con la esperanza de ver tu rostro o el abatimiento posterior a una separación. Sea cual sea, es cerrar los ojos, pensar en tu sonrisa y la realidad se difumina por una onírica en donde los relojes y las obligaciones no existen.

Con el despertar llega la expectación de un nuevo día, de un caminar y de una lucha por aquello que queremos conseguir, por lo que queremos que permanezca y por todo aquello que amamos.

La vida es un largo deambular hacia un final que, aunque conocido e igual para todos, asemeja a un río. Tomamos diferentes salidas de un mismo caudal, unas decisiones y una forma de existencia que nos disten de los demás y, aún así, son esas personas que nos acompañan las que la dan valor. De esta manera, he tomado tu mano para ir juntos en una misma dirección, sea cual sea el camino que resolvamos andar.

Las palabras siguen siendo insuficientes pero espero haberte sabido expresar al menos un mínimo de lo que siento. Si no es así, me consuela pensar que siempre nos quedarán las miradas….
Vanesa

2 comentarios:

ENDER dijo...

Siempre he pensado que hay 3 clases de relatos por lo que buscan: los que buscan entretener, los que buscan contar, los que buscan emocionar, y por otro lado 3 tipos por el punto de partida: los contados desde la experiencia, desde la imaginación o desde el corazón.

Estamos ante uno de esas joyas 3x3. Algo que sencillamente surge, que es como es, no podría ser de otra manera y por ello es maravilloso.

Gracias Vanesa, no tanto por escribirlo (que posiblemente no tenías mas remedio) sino por compartirlo con todos, aquí, en puntos suspensivos.

Emaleth dijo...

Muchas gracias Emilio. Os tengo a todos presentes en la creación de mis escritos porque es con vosotros con quién quiero compatirlos y ver que os gustan es mi mayor recompensa